domingo, 25 de mayo de 2014

La bestia de la guerra (1988)



La bestia de la guerra es una película bélica estadounidense dirigida por Kevin Reynolds.



Está basada en una obra teatral de William Mastrosimone que se encargó del guión de la película.

Estamos ante una película que fue un éxito inesperado ya que la productora decidió bicotearla. Sí, suena raro pero los mismos que pusieron dinero para hacerla hicieron todo lo posible para que no funcionara, la estrenaron en pocos cines, no la publicitaron. El motivo yo creo que es el siguiente... Faltaba poco para que cayese el muro que simbólicamente, y no tan simbólicamente, separaba la libertad y la democracia de la tiranía. Esta película mostraba que la URSS estaba haciendo algo parecido a lo que día sí y día también se acusaba a los EE.UU. y eso al mundo de la progresía no sentaba nada bien. Sí, ya sé que había películas con los soviéticos de malos, pero eran unos malos exagerados a posta para que la gente creyera que la realidad era lo contrario. Pero la jugada se les medio torció porque consiguió cierta fama gracias al vídeo. En Beta la vi.

A la película. Comienza con una cita de Kipling:


«Cuanto te veas herido y abandonado en las llanuras de Afganistán y las mujeres acudan a arrancarte tus despojos, coge tu rifle, sáltate los sesos y dirígete hacia tu dios como un soldado.»


Después vemos como amanece en un pueblo afgano y se produce la que es para mí la tercera mejor escena inicial después de Conan, el bárbaro y Salvar al soldado Ryan. Los soviéticos hacen una carnicería en el pueblo, uno de los tanques es destruido y el otro queda averiado.




En ese tanque van los soldados Koverchenco (Jason Patric), Gólikov (Stephen Baldwin), Kaminski (Don Harvey) y Samad (Erick Avari) a las órdenes de un déspota oficial (George Dzunda), creo que no dicen su nombre nunca como mucho le llaman por su mote, el viejo. El tanque averiado marcha y poco después llegan unos cuantos hombres del pueblo que quedan horrorizados al ver lo que ha pasado.




Queda como líder Taj (Steven Bauer). Decide ir a cobrarse venganza y va tras el tanque con un grupo compuesto por, entre otros, su tío Akbar (Kabir Bedi) y su primo Mustafá (Chaim Girafi), aunque este último ayuda más interesado en hacerse con el tanque. Les siguen de cerca un grupo de mujeres liderado por Sherina (Shoshi Marciano).

El tanque se pierde y es acosado por los muyahidines. El oficial no se fía de Samad, alguien que es traidor a los suyos no es muy de fiar, pero este se hace amigo de Koverchenco y le enseña cosas de su país entre ellas el pastunguali o código de honor que consta de tres obligaciones; nilmastia, hospitalidad, badal, venganza, y, la que le servirá, y mucho, más tarde: nanaguaté, refugio. 



Los muyahidines pisan los talones a los soviéticos que comienzan a sentir la presión y discuten entre ellos. El oficial comienza a desconfiar de Koverchenco y decide dejarle atado en medio del desierto. El soldado es encontrado por los afganos y dice la palabra mágica: nanaguaté. Los del tanque se encuentran con un helicóptero y cuando los soldados se creen salvados el oficial les dice que nones, que ellos son soldados de tanque y no pueden ir en helicóptero.



Koverchenco se medio solidariza con los afganos y les ayudará a acabar con el tanque, pero sobre todo con el oficial. Llega un momento en que los soviéticos están dentro del tanque completamente destrozados y el oficial dice algo que me parece chulísimo:

«Ya conocen las órdenes. Si no funciona lo convertimos en fortín, si no hay municiones en búnker y si no hay tiempo, nos convertimos en héroes.»



Taj le da el bastón de mando a Koverchenco y le dice que se quede con ellos, aunque el soviético no le entiende seguro porque hablan en distintos idiomas, pero el soldado decide irse con los suyos. 

Seguro que alguien más inteligente que yo le verá a esta película algo filosófico y metafórico, seguramente esa era la intención del escritor, pero yo solo he visto una entretenidísima película con mucha acción y tensión.

Los actores lo hacen todos de P.M.

El doblaje es estupendo.

De la música se encarga Mark Isham y es muy, muy buena. El comienzo de la película con el pueblo amaneciendo gana mucho gracias a él.



NOTA 10 DE 10

Si os gustan las películas de guerra, o si os gustan las de aventuras, o las de suspense o si sois filosofometafóricos «La bestia de la guerra» os gustará ya que es un peliculón.



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