viernes, 19 de octubre de 2012

Permanezca en sintonía (1992)



Permanezca en sintonía es una comedia useña dirigida por Peter Hyams.



En la época en la que ni siquiera se podía imaginar que fuese a aparecer internet para ver películas íbamos al cine o al vídeo club, creo que ya lo he contado antes. Esta es una de esas películas que encontré en el vídeo club por casualidad, no sé siquiera si se estrenó en cine, y la verdad es que si lo hizo lamento no haberla visto allí antes porque es un peliculón. 

Tim Burton casi la dirige, no pudo porque estaba a punto de comenzar a rodar Batman vuelve, pero el señor Hyams hizo un trabajo espectacular.

Comienza de una manera muy misteriosa. Es una noche de tormenta, alguien llama a una puerta, el dueño de la casa la abre y se encuentra con un personaje siniestro, Spike (Jeffrey Jones), que le dice que tienen que hablar. Poco después la esposa sale al patio, ve algo que la asusta y grita.



Conocemos entonces a Roy Knable (John Ritter), un vendedor de los de puerta por puerta que se pasa horas y horas delante del televisor. Su esposa Helen (Pan Dawber) se acerca para decirle que se vaya a la cama, pero él no hace mucho caso. Tienen dos hijos Diane (Heather McComb) y Darryl (David Tom).

Los hijos preparan una noche romántica para sus padres y se van a casas de amigos, pero tras un mal día en el trabajo Roy llega a casa y pone la tele. Su esposa preocupada quiere saber qué le ocurre, pero él pasa de ella. A Helen le da un pronto, destroza la tele y sale de casa. 

Esa acción ha debido ser olida por Spike que llega a la casa y le ofrece a Roy algo que no rechazará, una supertelevisión con 666 canales. Cuando Helen vuelve y ve la tele y la enorme antena parabólica en el patio se irrita más. Pero algo sucede y el matrimonio es absorbido por la antena.



Pasamos entonces a una sala de control televisiva infernal y conocemos a dos personajes más Crowley (Eugene Levy) y  Pierze (Erik King). Pierze es un recien llegado y Crowley le explica qué es lo que hacen allí. Tras ellos un enorme panel con cientos de nombres. Esos nombres son los de las personas a las que se les ha dado el televisor y les ha ocurrido lo mismo que a los Knable, lo que esa gente no saben es que si mueren antes de 24 horas el demonio se quedará su alma. Spike mete a Crowley en los canales al meter la pata este último y muestra su desprecio hacia Pierze.


Mientras los Knable están en un programa llamado El precio injusto les hacen preguntas y van fallando, pero en la última aciertan y pasan al siguiente canal. Que es ni más ni menos que un programa de lucha libre.


Los hijos vuelven a casa y al no ver a sus padres piensan que todo ha ido de perlas. Pero Darryl descubre que la parabólica es maligna cuando le roba la bicicleta. Poco después ve como la bici está en un programa de la tele.
El matrimonio ha llegado a otro programa en el que se encuentran con Crowley que les cuenta todo lo que pasa. Les dice que si sobreviven 24 horas volverán a casa y que en cada canal hay una puerta de salida. Encuentran la puerta de ese programa y les manda a un episodio de dibujos animados (este corto fue realizado por Chuck Jones).


Darryl cuenta a su hermana lo que ocurre pero esta en un principio no le cree, aunque luego cuando ve a sus padres en la pantalla sí.

Spike comienza a ponerse nervioso ya que los Knable están a punto de superar la prueba y decide ir a fastidiarles. Secuestra a Helen y la pone en una película de vaqueros atada en la vía del tren. Mientras Roy y Spike comienzan a pelear por distintos programas. Hay un momento simpático en el que Roy llega al programa Apartamento para tres, Ritter fue su protagonista.


Siguen yendo y viniendo por distintos programas, todos ellos más o menos conocidos pero cambiados los títulos a nombres de cosas malas. Al final Roy vence a Spike y va a salvar a su santa esposa.


Al final el matrimonio se salva. Pierze se hace jefe de la televisión y Roy se vuelve una persona más activa.
Puede que así contado no os parezca gran cosa, pero es una muy buena película. Divertida, emocionante. Tiene de todo.

Los efectos especiales son realmente buenos.

Los actores lo hacen muy bien.

El doblaje es espectacular.  

Bruce Broughton compuso una partitura realmente buena. El tema de los títulos de crédito iniciales nos dice que la película que vamos a ver es buena y el resto de la banda sonora no desmerece.


NOTA 10 de 10


Una excelente película, no tardéis mucho en verla. Os la recomiendo.
 

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